La búsqueda de la identidad territorial
La relación entre la obra arquitectónica y su entorno es, quizás, el debate más antiguo y fundamental de nuestra disciplina. ¿Cómo intervenimos en un espacio sin destruir su esencia? ¿Cómo logramos que una construcción pertenezca a un sitio y no sea un mero objeto impuesto? En la segunda mitad del siglo XX, la teoría arquitectónica occidental encontró una respuesta potente en la recuperación de un antiguo concepto romano: el genius loci, o el «espíritu del lugar».






