Ordenamiento Territorial en Colombia: Una Propuesta desde la Economía del Donut

«Ordenamiento territorial del roscón» propuesto por el arquitecto planificador urbano Carlos Alberto Garzón Espinel (2021)

En Colombia, el ordenamiento territorial se enfrenta a un desafío monumental: la falta de coherencia entre normas, entidades e instrumentos de planificación territorial está frenando el desarrollo sostenible y regenerativo del país. Esto ha sido ampliamente documentado, como se refleja en el hecho de que cerca del 80% de los municipios no han actualizado sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT)¹, en parte debido a la falta de coordinación entre los actores involucrados. A la luz de esta realidad, explorar nuevas herramientas y modelos de ordenamiento es crucial para solucionar esta crisis. Aquí es donde entra en juego el modelo del «ordenamiento territorial del roscón«, inspirado en la Economía del Donut de Kate Raworth.

Ver Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026,  página 48 – Colombia, Potencia Mundial de la Vida

¿Qué nos dice el gráfico del «ordenamiento territorial del roscón»?

Este gráfico es una adaptación del enfoque de Kate Raworth sobre la economía del siglo XXI, que busca un equilibrio entre satisfacer las necesidades humanas y respetar los límites planetarios. En términos simples, el gráfico representa cómo debería organizarse un territorio para ser sostenible. Las diferentes dimensiones que aparecen (ambiental, económica, funcional, sociocultural, institucional y participativa) nos muestran que un verdadero desarrollo territorial requiere la armonización de estos factores. En el centro, encontramos las deficiencias (zonas en las que estamos fallando) y los excesos (aspectos que estamos explotando de manera insostenible).

Por ejemplo, en Colombia enfrentamos deficiencias graves en la gestión financiera y la participación ciudadana, mientras que en la dimensión ambiental, tenemos excesos como la contaminación del agua y un consumo energético insostenible. El gráfico del roscón nos ofrece una manera visual y clara de identificar estos problemas, pero también nos invita a buscar soluciones dentro del «espacio seguro» que representa el equilibrio entre nuestras necesidades y el respeto por la naturaleza.

El legado de Kate Raworth y su aplicación al territorio

Kate Raworth, en su libro «Doughnut Economics», nos invita a repensar el sistema económico global, rompiendo con el paradigma del crecimiento infinito y proponiendo un modelo que nos permita vivir dentro de los límites de lo que el planeta puede soportar. Aplicado al ordenamiento territorial, este enfoque nos recuerda que no podemos continuar desarrollando nuestras ciudades y territorios a expensas del ambiente. Debemos encontrar un punto medio que respete tanto las necesidades humanas como los recursos disponibles.

La economista Kate Raworth, creadora del término economía donut o economía rosquilla.
speaks at TED2018 – The Age of Amazement, April 10 – 14, 2018, Vancouver, BC, Canada. Photo: Bret Hartman / TED

¿Cómo puede este modelo contribuir en resolver el desorden en el ordenamiento territorial de Colombia?

El problema de fondo en Colombia es la falta de coordinación y jerarquización entre las 49 entidades que tienen competencias en la expedición de determinantes del POT, junto con los 73 instrumentos de planificación que no convergen espacialmente. El modelo del «roscón» puede ser una respuesta a esta problemática de las siguientes maneras:

  1. Un enfoque integral: El roscón no fragmenta el territorio en sectores independientes, sino que reconoce la interdependencia entre las dimensiones funcional, económica, ambiental, sociocultural, institucional y de la participación. Esto podría inspirar a los responsables de la planificación a superar el aislamiento sectorial y buscar soluciones que integren las distintas áreas de competencia.
  2. Indicadores claros: Uno de los grandes problemas de la planificación territorial en Colombia es la falta de indicadores que permitan evaluar de forma precisa el progreso o el retroceso de las políticas públicas y de la huella urbana. El modelo del roscón presenta un conjunto de indicadores, ya sean excesos o deficiencias, que podrían utilizarse para medir el impacto de las políticas de ordenamiento territorial.
  3. Participación ciudadana: El roscón enfatiza la importancia de incluir a la ciudadanía en los procesos de planificación. Actualmente, la falta de participación ha sido una deficiencia grave en muchos municipios colombianos. Involucrar a las comunidades no solo garantizaría que las soluciones sean más representativas, sino también que sean más sostenibles y duraderas.

Integrando la inteligencia artificial al modelo

Una de las herramientas más poderosas que podríamos incorporar a este enfoque es la inteligencia artificial (IA). La IA puede facilitar la integración de este modelo en varios aspectos:

  • Procesamiento y análisis de datos: Con tantas entidades y normas involucradas en la planificación territorial, la IA podría analizar y procesar grandes cantidades de información de manera rápida y precisa, ayudando a detectar patrones y proponiendo soluciones basadas en datos.
  • Simulaciones y modelado predictivo: Con IA, podríamos crear simulaciones para prever el impacto de ciertas políticas de ordenamiento territorial, identificando riesgos y oportunidades antes de implementarlas en la vida real. Esto permitiría un ordenamiento más inteligente y eficiente.
  • Herramientas de participación ciudadana: A través de aplicaciones basadas en IA, se podrían desarrollar plataformas para que la ciudadanía participe activamente en los procesos de ordenamiento territorial. Por ejemplo, podrían enviar comentarios o propuestas que serían analizadas automáticamente para identificar tendencias y preocupaciones comunes.

Reflexión Final

El desorden territorial en Colombia no es solo un problema técnico, sino una cuestión de coordinación y visión integral. El modelo del «roscón», inspirado en la «Doughnut Economics» de Kate Raworth, ofrece una forma clara y equilibrada de abordar este reto, integrando dimensiones clave que muchas veces se manejan de forma aislada. Al complementar este modelo con herramientas de inteligencia artificial, podríamos transformar radicalmente la forma en que gestionamos nuestros territorios, logrando un desarrollo más justo, inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.

La tarea no es fácil, pero los beneficios son enormes: un país donde las personas puedan prosperar sin comprometer los recursos de las generaciones futuras. La inteligencia artificial y el modelo del roscón pueden ser aliados poderosos en esta misión.

Referencias:

  • Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026
  • Ley 388 de 1997
  • Kate Raworth, «Doughnut Economics: Seven Ways to Think Like a 21st-Century Economist» (Penguin Random House, 2017)

Para citar:

Garzón Espinel, C. A. (2021). Ordenamiento territorial en Colombia: Una propuesta desde la economía del donut. Laboratorio Ciudad, Territorio y Paisaje – www.ciudadterritoriopaisaje.org.

Del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026:

¹ «El abordaje de estos problemas requiere armonizar la institucionalidad del ordenamiento territorial y simplificar los instrumentos que la acompañan. El reto es grande. Existen cuatro grupos de determinantes señalados en el artículo 10 de la Ley 388 de 1997, como normas de superior jerarquía para los POT, y tres grupos definidos en posteriores desarrollos normativos; al menos 49 entidades con competencia en la expedición de estas determinantes sin jerarquías, procedimientos y escalas cartográficas estandarizados; 73 instrumentos de planificación de diferentes sectores y niveles territoriales, que no están coordinados y no logran coordinación espacial; 57 normas (leyes, decretos y resoluciones) asociadas a la planificación territorial. En medio de este desorden no es posible tener un adecuado ordenamiento del territorio. La multiplicidad de actores e instrumentos sin jerarquía dificulta la coordinación de inversiones y la actualización e implementación de los instrumentos de planeación y ordenamiento por parte de las entidades territoriales. En 2021, cerca del 80 % de los municipios del país no habían actualizado sus planes de ordenamiento».

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