Este artículo presenta un análisis propio del escenario actual del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia (PCCC), elaborado a partir de resultados del taller DOFA sobre el Valor Universal Excepcional 4 (Relación armoniosa entre tradición y tecnología) del PCCC, realizado virtualmente el 24 de junio de 2025 por la Universidad Tecnológica de Pereira UTP. Estos resultados han sido complementados para efectos de este ejercicio propio, con información de diversas fuentes públicas como la FNC, PNUD, estudios del IPCC, Ministerio de Ambiente y la Universidad Nacional, con el fin de enriquecer sus contenidos y agregar mayor amplitud contextual. A lo largo del texto, se resaltarán los 16 atributos del PCCC en negrita, así como las categorías DOFA pertinentes, buscando establecer una relación constante entre ellos. Cabe anotar que, pese a que el ejercicio aplicaba para el VUE4, las respuestas o aportes de los participantes abarcaron otros atributos que se relacionan más directamente con los otros 3 VUE y atributos, lo que hace que el ejercicio de alguna manera tuviera un alcance integral respecto al PCCC.
VUE 4: Relación armoniosa entre tradición y tecnología
Definición:
D. Conservación y equilibrio entre tradición y tecnología para garantizar la calidad y sostenibilidad: El cultivo de café se ha desarrollado como una actividad de pequeños productores que, durante 150 años, han innovado las labores del cultivo con el fin de enfrentar y superar los retos del entorno como el incremento en los costos, las plagas y enfermedades del cultivo, y la conservación del medio ambiente. Gracias al equilibrio logrado entre tradición y tecnología se ha mantenido la competitividad y la calidad del producto, en el contexto de un paisaje cafetero vivo, dinámico y cambiante, que conserva su esencia en el tiempo.
Fuente: https://paisajeculturalcafetero.org.co/preguntas-frecuentes/
ESCENARIO ACTUAL: UN PAISAJE RESILIENTE PERO EN TENSIÓN
El Paisaje Cultural Cafetero de Colombia (PCCC) vive hoy un momento crucial: se sostiene sobre una base cultural, productiva y ecológica que ha sabido integrar la tradición con ciertos avances tecnológicos. Sin embargo, esta integración sigue siendo frágil y desigual.
En múltiples zonas del PCCC, la caficultura se desarrolla en cultivos en ladera, con una fuerte presencia del café de montaña, donde aún se conservan variedades tradicionales adaptadas al entorno. Esto, junto con sistemas de policultivo (como guamos, plátano, cítricos y árboles de sombra), permite mantener una importante disponibilidad hídrica, conservar la biodiversidad y fortalecer el patrimonio natural. Estas prácticas se expresan en FORTALEZAS como las técnicas agroecológicas campesinas, el aprovechamiento de subproductos del café y el secado tradicional que asegura la calidad del grano.
La institucionalidad cafetera y sus redes afines —lideradas por la FNC, Cenicafé y Comités Departamentales—, ha jugado un papel central en sostener esta estructura, articulando asistencia técnica, formación y algunas innovaciones sostenibles. Esta capacidad organizativa también ha permitido conservar el patrimonio arquitectónico, como las casas de bahareque, y el patrimonio urbanístico, adaptado a las formas tradicionales de poblamiento en núcleos rurales con propiedad fragmentada y de tipo minifundio cafetero.
La región aún mantiene una tradición histórica en la producción de café, que se expresa no solo en la técnica del cultivo, sino en las dinámicas comunitarias, fiestas y mercados. La edad de la caficultura le confiere un capital social y un acumulado de saberes que dialogan —aunque no siempre con armonía— con la influencia de la modernización. Las tecnologías y formas de producción sostenibles comienzan a ganar espacio, sobre todo en cafés especiales y orgánicos, con acceso a ciertos mercados diferenciados.
No obstante, el escenario actual está atravesado por importantes DEBILIDADES: muchas fincas enfrentan dificultades para acceder a tecnologías sostenibles por su alto costo, hay falta de relevo generacional, escasa apropiación comunitaria del paisaje como patrimonio, y una débil articulación interinstitucional. Además, la dispersión de datos, la falta de indicadores claros para medir la vulnerabilidad del paisaje, y la fragmentación entre instrumentos de planificación (POT, EOT, planes ambientales) complican la toma de decisiones coherentes.
Frente a ello, existen OPORTUNIDADES: programas de adaptación al cambio climático, pagos por servicios ecosistémicos, acceso a mercados verdes, y el creciente interés por el turismo sostenible basado en rutas del café, patrimonio y experiencias. La presencia de centros de investigación, cooperación internacional, nuevas leyes sobre patrimonio y cambio climático, así como el uso de inteligencia artificial para análisis territoriales, abren caminos para que el PCCC transite hacia un modelo de desarrollo territorial sostenible.
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