Es esencial comprender cómo afrontar los retos globales y sus implicaciones en el crecimiento urbano. Pero surge una pregunta clave: ¿cuál debería ser el modelo territorial y urbanístico adecuado para lograrlo?
Se habla mucho de “modelos de ciudad”, pero pocas veces se concretan las ideas en términos territoriales. Las propuestas en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) a menudo se quedan en una retórica superficial acerca de la «dicotomía» entre lo compacto y lo disperso. Estos conceptos, aunque esenciales, rara vez se explican en los planes, lo que dificulta su comprensión por parte del ciudadano. Este tipo de «jerga» suele convertirse en eufemismos que encubren proyectos o desarrollos que, en realidad, poco tienen que ver con la promoción de un modelo sostenible e integral.
Hoy en día, se escuchan términos como la “ciudad de los 15 minutos” o las “supermanzanas”, un concepto desarrollado por la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona y su director Salvador Rueda, a quien tuve el honor de tener como profesor durante mi Maestría en Proyectación Urbanística en la Universidad Politécnica de Cataluña.
Las supermanzanas representan un nuevo “módulo” del tejido urbano que agrupa varias manzanas convencionales. En ellas, los flujos de movilidad se ordenan creando redes de transporte sincronizadas que incluyen transporte público, automóviles, desplazamientos a pie, bicicletas, patinetas, entre otros. Este sistema permite un funcionamiento eficiente, minimizando los tiempos de desplazamiento y los atascos. La supermanzana, como unidad, puede ser un plan parcial, una unidad de gestión o un proyecto de transformación que revitaliza o renueva el tejido urbano. Cada supermanzana y edificio desempeñan un rol crucial dentro de este “modelo de ocupación”, basado en un urbanismo ecológico que otorga sentido a la estructura de la ciudad actual. Este enfoque también engloba el concepto de la “ciudad de 15 minutos”, que promueve la proximidad, del cual hablaré en una próxima columna.
Aquí en el video una explicación de las supermanzanas:
En mi taller de urbanismo y espacio público en la Universidad San Buenaventura, sede Armenia, implementamos por primera vez este modelo de supermanzanas en una ciudad intermedia como Armenia (Quindío) para regenerar y revitalizar su centro urbano. Uno de los objetivos fue utilizar el urbanismo y el espacio público, con criterios ecológicos, como una estrategia para devolver a este sector en declive el atractivo necesario para la inversión y la vida ciudadana. La intención era fomentar un crecimiento urbano más equilibrado, sostenible y socialmente cohesionado ( es decir, con menos expansión y dispersión urbana), e incluyendo el uso de energías alternativas.
Los grandes retos globales de la humanidad se juegan en las ciudades. Según datos de ONU Hábitat, en el año 2020 había 1934 metrópolis con más de 300.000 habitantes, que representaban aproximadamente el 60% de la población urbana del mundo. Armenia y su área metropolitana no formalizada no son ajenas a este desafío, siendo una de las muchas ciudades intermedias que, a nivel global, tienen un papel crucial en temas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la cohesión social.
Algunos temas que considero deberían ser objeto de un debate abierto desde la capital quindiana, así como de transversalidad e intercambio en el ámbito académico, son: la renovación y revitalización urbana, la planificación de ciudad, la segregación y cohesión social, la renaturalización, el paisaje y el turismo cultural, la construcción colectiva y participativa, y la materialización del concepto de “interés general sobre el particular en lo urbano”, el área metropolitana, entre otros.
¿Cuáles de estos temas considera usted más relevantes o discutibles? ¿Cuáles son sus preocupaciones urbanas sobre su ciudad? ¿Tiene alguna idea o proyecto a escala urbana o metropolitana que cree que debería ser estudiado?
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