Ilustración cartilla: «Proceso de conservación en el departamento del Quindío» – Fundación Las Mellizas y CRQ
Diferentes experiencias han demostrado las dificultades de democratizar los procesos de planificación de la ciudad y el territorio; ya sea: por la fuerza de determinados intereses privados, por estar supeditados a técnicos no especializados sobre el proceso, por la complejidad técnica y legal bajo la cual se desarrolla el proceso de toma de decisiones o por la dependencia de la financiación pública local a determinados modelos de crecimiento urbanístico.
Cuando mencionamos la ecorregión del eje cafetero, nos referimos a un territorio de 92 municipios, que reconoce las identidades naturales, económicas y culturales de su gente, donde creemos posible que alrededor de la gestión ambiental puedan construirse acuerdos colectivos en torno a objetivos regionales de desarrollo sostenible…Con sus 4.1 millones de habitantes y sus 28.563 kilómetros cuadrados, la Ecorregión Eje Cafetero se entiende, entonces, como un conjunto de ecosistemas en el cual coexisten complejos ecológicos y humanos que muestran una indivisibilidad compuesta por la unidad de cuencas con sus vertientes y planicies; la de los nevados; la fronteriza con el Chocó biogeográfico; el ecosistema cafetero y, por supuesto, el complejo corredor urbano. Los territorios resultantes, así reconocidos, se convierten en teatros de decisiones políticas pertinentes de mediano y largo plazo.