Arqueología y naturaleza entre Quimbaya y Montenegro

Llegada a la finca donde se encuentra el petroglifo de la Salamandra

¿Te has enterado que entre Montenegro y Quimbaya se encuentra un enorme roca con petroglifos de la época prehispánica (año 800 AC) y que puede visitarse?  ¿Sabes que en el Quindío se pueden encontrar tumbas líticas muy bien conservadas?

Esto y mucho más es lo que puedes aprender si haces un recorrido acompañado de un arqueólogo. En este caso, de Roberto Restrepo, quien nos guió en un recorrido apasionante… y casi escondido, alternado entre la ciudad y el campo.  En un territorio que parece haberse tragado las trazas de un riquísimo pasado prehispánico sin haberlo siquiera explicado a las nuevas generaciones.

Después de ver tres tumbas líticas muy bien conservadas en una casa particular en Armenia, nos dirigimos hacia una finca en Quimbaya.  Sabía que íbamos a ver petroglifos, pero no imaginaba que se encontrarían en un lugar tan insólito como hermoso.

Entrando por un camino bordeado de heliconias y orquídeas, se llega a un guadual que da sombra a una quebrada rodeada de anturios, helechos y otras especies vegetales autóctonas.  Este cuidado jardín, organizado con materiales del lugar (piedras redondas de río, kiosco en guadua y hojas de palma, bancos de madera), es un excelente lugar para repostar o tomar un refrigerio antes de entrar a la zona de cultivos de la finca.

Pasando una pequeña puerta de cancel frente al kiosco se sigue la traza de la quebrada; con cuidado porque hay un tramo que es muy angosto para caminar.  Hay que vigilar también el no pisar los cultivos; en este caso, plantas de maíz recién plantado.

Sendero junto a quebrada
fragmento de tumba lítica
Un hito en el camino: fragmento de tumba lítica

Después de cinco minutos de caminata se llega a un enorme árbol, que nos indica que hemos llegado.  Frente a nosotros se encuentra una enorme roca, de aproximadamente tres metros de diámetro, en el lecho (ahora seco) de la quebrada.

La visión de esta gigantesca piedra “en el medio de la nada” es una imagen sorprendente, que inmediatamente dispara todo tipo de conjeturas.  En mi caso hay tres cosas que llamaron mi atención.

Primera incógnita:  la roca, que es de un tamaño aproximado a los 3 metros de diámetro, está sola en el fondo de una pequeña quebrada. No hay sustrato rocoso ni otras rocas similares en el entorno… ¿cómo llegó hasta allí?

¿Cómo llegó esta roca hasta aquí?

Segunda incógnita: la roca tiene una grieta; un corte limpio que la divide… ¿cómo se produjo esta fractura? ¿es producto de la acción humana o de alguna acción geológica natural? Ahí dejo la inquietud para geólogos y arqueólogos…

Petroglifo: figura humana con espiral

Finalmente, no puedo dejar de preguntarme acerca de los petroglifos en sí mismos. ¿Qué significan?

La piedra ha sido bautizada como “petroglifo de la Salamandra” en honor a un grabado de una salamandra que, según dicen los arqueólogos, se encuentra en el centro de la roca. Confieso que no fui capaz de reconocer la figura. Sin embargo, distinguí un pequeño pájaro; una figura humana; y por supuesto una serie de espirales, que son bien visibles y que se repiten en diferentes puntos.

Durante un buen rato estuvimos disertando acerca de explicaciones y posibles significados para los misteriosos símbolos en la piedra. Nos fuimos encantados y motivados por todo lo que aún queda por conocer e investigar en este territorio tan exuberante y rico en patrimonio que es el Quindío.  Un territorio que aún tiene mucha historia por reconstruir…  en la revalorización genuina de su identidad cultural está su alternativa.

Petroglifo: figura humana
Barranquero

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